Es curioso lo que la gente cree. Que todo se llena de cosas materiales. Pero eso no es así. Es el amor, la amistad, los logros personales lo que cuentan. Un día despertarás y tendrás un montón de cosas. Frías y lujosas cosas. Muertas todas ellas.
Respecto al amor, también es curioso. Cada día más, queremos más a coste de nada. Queremos quien nos entienda sin que nos agobie. Ver una película el domingo bajo la manta, pero no la queremos el sábado por la noche en la fiesta que tantas ganas teníamos de ir. Queríamos a la fiesta, pero no a ella. Pero si la queremos cuando me levante de resaca.
Queremos cosas difíciles. Que son complejas porque así lo queremos. Queremos leer grandiosas aventuras sin tener libros que nos ocupen espacio. Cómprate un Kindle, pero puede que te quedes sin batería. O si es de los antiguos, tampoco lo podrás leer por la noche. ¿conclusión? Que lo dejarás cogiendo polvo hasta que tu madre te lo quite para usarlo de verdad. Y ahí, en ese preciso momento, lo volverás a querer. Pero ya no. Ya no. Es demasiado tarde amigo mío.
¿Qué has aprendido de esto? Que ya no te comprarás nada que no necesites de verdad. Y si lo necesitas de verdad, te mentirás a ti mismo para no comprarlo. Y no lo tendrás por miedo a que tu madre te lo quite de nuevo. Como en el amor. No te comprometes porque sabes que algún día habrá que descomprometerse. Y eso será catastrófico. Entonces, ¿qué haces? Nada. No le escribes por miedo a que conteste y lleguéis a tener una relación. Una relación de dos. De esas que te aterran. De las que te espantan.
Recuerdo una vez que mientras conocía a una chica, solía pensar “que pena cuando nos tengamos que separar, me gusta de verdad”. No volvimos a quedar, no por mi parte, fue por la suya. Pero bueno, me ahorró aquel triste momento en el que decidíamos no vernos más porque la relación había llegado a su fin. Fueron unas semanas tristes, todo me recordaba a ella. En los peores momentos te dabas cuenta de que las cosas físicas no valen para nada y que lo que de verdad te consuela, te anima en la vida, es el cariño de una persona, pero como ya no estaba, seguía triste. Es curioso, todo eso me ahorré, ya que como he dicho antes, me dijo de no vernos más en la 4 cita.
Dicen que, si algo no te gusta, cámbialo. No puedo cambiar el gustarle a esa chica. El amor no se controla. Todo lo demás puede que sí, pero no el amor. Ya lo dijo el genio de la lámpara en la película de Aladin. Todo menos el amor. Por eso lo mejor es irte sin dejar rastro para que no te puedan seguir.
(escóndete debajo de la cama. nadie mira ahí porque se supone que eres ya mayorcito, pero lo que no saben es que es el escondite perfecto. no se lo digas a nadie. )