¿Feliz por qué? Por habilidades sociales o por ser parte de la sociedad, ¿qué es más importante? ¿Vivir una vida laboral que te guste? ¿O vivir una visa social que te guste?
¿Escribir un informe donde te den la enhorabuena por haber perdido tiempo de tu vida por algo que ni sabes lo que es o escribir tu propio libro al que nadie le gustará pero es tuyo?
Estas son las preguntas que me hago bebiendo cerveza con 27 años y absolutamente nada.
He perdido todo mi tiempo hasta hoy. Donde seguiré perdiéndolo. Mi peor enemigo es que no me gusta nada de lo que hago. Absolutamente nada. Pero cuando se me ha dado la oportunidad de hacer algo que me gusta, tampoco la he aprovechado. Soy el eterno inútil que cada vez le exigen más, menos hace y peor lo pasa.
La solución es bastante obvia. Haz algo. Trabaja. Escribe. Lo que sea, pero haz algo.
La solución no me vale para nada porque cuando llega el momento, a pesar de estar agobiado y a sabiendas que he de esforzarme para recuperar mi tiempo. Menos hago.
Es estúpido ¿verdad? Pues así soy yo.
Yo nunca quise entrar por el aro. Es que creo que es de las cosas más importantes de la vida. La que más. Y es la que más odio. Putos zombis corriendo para entrar a vender sus horas por algo que no le gusta. Así era yo. Y soy.
Pero… ¿y si no te gusta ninguna de las dos?
Me temo que te espera una vida de mierda. De desidias que diría un poeta. Estás en una constante amargura pero de la que eres consciente de que no eres parte. Pero tampoco hago nada por salir.
La gente en general me hace gracia. Pero yo no.
Seguiré mi camino a ver dónde acaba. A ver. La frase del perdedor. A ver. Si no buscas tu propio futuro no buscas nada pero tampoco se puede planear. Que indecisión.
Estoy seguro de que todo me saldrá bien. ¿Cuándo? Seguro que es pronto. O tarde. Solo lo saben los que aún no me conocen.
y ahí estarás tu.