catorce de septiembre | cometas

En la liga de los cometas es donde se deciden las cosas. Que el día sea día, que la noche sea noche y que las líneas de las carreteras sean blancas. Quisimos ponerlas verdes pero al final fueron blancas.

Todo lo importante en esta vida y en la otra se decide en esta liga. Cuando te despiden, no es casualidad, somos nosotros. Si llegas tarde a la cita con el chico que te gusta, no ha sido el autobús si no nuestro ejército de gnomos ninjas.

Para actuar sobre las cosas, tenemos un ejército de gnomos ninjas capaces de todo. No tienen escrúpulos, mercenarios vendidos al mejor postor con determinación para realizar todo lo que se les pide. Como dejarte sin batería en el ordenador cuando estas en el final de tu película preferida o como aquella vez que le llamaste papa a tu profesor de ciencias.

Los integrantes de esta liga son seres curiosos: cobardes, envidiosos y por supuesto, solitarios. Todo lo que hacen es una representación de lo que a ellos les gustaría tener y nunca pudieron. ¿Te acuerdas aquella vez que te pusiste tan borracho que la liaste delante de la chica de tus sueños? No te preocupes, no fuiste tú. Fue uno de nosotros. A él le pasó una vez y ahora hace que les pase a los demás. (Si, el gnomo echó droga en tu copa)

Yo no me acuerdo desde hace cuánto estoy aquí dentro. Antes no era así, de eso si me acuerdo. Hace un tiempo era muy buena persona, intentaba ayudar a los demás y en ese aspecto creo que sigo siendo así pero en lo que si cambié fue cuando empecé a enviar gnomos.

Los gnomos se envían cuando quieres que los demás estén igual de jodidos que tú. La chica que te gusta no te hace caso, el chico que llevas intentando quedar un mes ha vuelto a decir que no. Todas esas cosas son parte del gremio. Son parte de los malos recuerdos que todos tenemos.

La lluvia no es casualidad tampoco.

Al principio me sentía triste por estar solo. Más que solo, incomprendido. Poca gente ve las cosas como yo las entiende como yo las entiendo. Pero cuando pasan los años y ves a las parejas. Oh dios mío. Esos sí que no se entienden y no saben hacia la deriva que van. Yo intento salvarlos. Pero ellos se siguen mintiendo para estar bien.

Antes creía que eran tan magníficos que sabían llevar todo lo que querían. Luego vi que eran mongolos y mongolas. No dan para más. Podrían llevar la novela de la historia escrita en sus días cotidianos pero en vez de ver dulce drama, solo son capaces de sentir la puta rutina sin tez que nos intenta comer a todos.

Escribe, canta, pinta, lo que sea pero crea. Crea algo que nadie más tenga. Da igual la calidad que tengas pero crea cosas. La gente vive sin pena ni gloria. Y eso me enfada. Y por lo tanto se envían gnomos. Pero lo que si sabemos e ignoramos es que “el mal se revela contra el que lo crea” por lo que nosotros nunca podremos salir de la liga los comentos.

Destinados a estar solos, con pena y sin gloria. Sin gloria pero loners. Loners y felices.

Nunca confíes en el prójimo ya que te follará y se irá sin compasión.

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