trece de mayo | paraguas

El dinero, el riesgo o el amor son cosas que dan emoción. La emoción de un paraguas bajo la lluvia. La lluvia hace a los borrachos más borrachos, a los poetas más poetas y a los que están solos más solos incluso.

La lluvia cae como el diluvio universal. Fuerte, sin tregua, litros y litros de agua por minuto. La gente es gris con sus abrigos largos pero debajo del paraguas la magia ocurre cuando tienes una cita. Más juntos, más cerca, sintiendo su aliento, su fragancia. Esa puta fragancia es como mi droga, me adormece, me derrite… me atrapa. Está tan cerca que noto su pecho contra mi costado. Gracias a la lluvia, los que estábamos solos encontramos excusa para no estarlo tanto. Sara. Que cerca te tengo. Espero no llegar nunca y por supuesto, que nunca pare de llover.

A mi, se me olvidó el paraguas. Le acompañe a su puerta bajo la lluvia y adiós. Nunca más supe de ella y nunca más la lluvia supo de mí.

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