trece de marzo | solo

Nadie sabe lo que es sentirse solo hasta que se está. La mayoría de la gente lo oculta y es por eso por lo que verdaderamente no sabía que la gente se sentía así. Aparte de mis manos frías como el hielo, me he dado cuenta de que la gente no siente por los demás. Yo no siento por nada pero es que nadie siente por mí.

Mi amiga Alba me lo explicó: tienes amigos de supervivencia. Y efectivamente. Amigos de nada y de todo. Si eres nuevo en una ciudad, no eres nada para nadie. No tienes sentimientos. Te limitas a ser la cara sonriente que siempre está cuando se le llama. Pero eso no es así. Tú tienes sentimientos. Todos hacen planes menos contigo.

La mayor parte del tiempo, para mí, parece que la vida sigue para todos menos para mí. Todos tienen su pareja estable, un trabajo que les gusta, sus actividades en donde se sienten realizados… menos yo. Parece que me queden años hasta llegar a cualquier lado. Siempre estoy al margen de cualquier cosa divertida que pase y eso, al final de todo, acaba cansando. Todo el mundo tiene su diversión menos tú. ¿Y por qué yo? Pues porque es lo que parece que hay.

A veces, no sé, parece que eres invisible, como el alma perdida de algún marinero que intentó dar con la fuente de la juventud. Joder, yo no quiero dar con ninguna fuente, solo quiero sobrevivir, y parece que le hago mal a todo el mundo.

Hoy una persona me ha dicho que sentirse solo es lo peor que puede haber pero no creo que eso sea lo peor. Lo peor de todo, como ya dijo más de uno, es sentirse solo, estando acompañado.

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