Me han despedido. Bueno, mejor dicho, no me han renovado. Si ya estaba bien jodido, ahora más. Pensaba que cuando esto llegase, sería un alivio pero no ha sido así. Y esto me perturba. No se cómo reaccionar ni como pensar. El tiempo hablará o callará para siempre.
A veces, como hoy, me doy cuenta de lo solo que estoy. Paso tiempo con gente pero me hace sentir más miserable todavía. No eres nada para nadie, ni aquí ni en tu ciudad de origen. Muchas caras conocidas pero pocas cercanas. Como dice una amiga mía, “amigos de supervivencia”. Gente con la que gastas tu tiempo por no gastarlo viendo videos de gatos en youtube. No te aportan nada ni tú a ellos pero aun así, os veis para contaros vuestras penas.
No me gusta sentirme tan solo. Ahora mismo estoy un poco perdido porque no tengo trabajo, no sé a qué me quiero dedicar porque no estudie nada que me gustase. Mis proyectos se estancan más y más cuanto menos tengo que hacer. Es como un círculo vicioso que va de mal en peor y no sabes cuándo parar. Cada vez nos sentimos más y más solos y eso que cada vez estamos más cerca de la gente. A mí al menos, me llena escribir. Plasmar mis palabras en este sitio. Habrá gente que me lea y quién no. A quien le guste o a quien le desagrade. Pero al menos, a mí, me gusta bastante. Es lo poco que me gusta en esta vida. Es duro luchar contra todo cuando todo está bien.
Le dices a una chica de quedar y ni contesta. Al poco ves que comenta en Facebook, por lo que sí, ha pasado de tu cara. Sigues solo en este camino, lejos de los tuyos y en donde tu único apoyo son estas palabras. La vida sigue, dijeron, pero ¿para quién?